Un cuorum de la ostia. Vamos que éramos Ruben y yo solos rodeados de unos 11 tiradores de arco.
Hasta a un pobre hombre que me dejo provar su arco, teniendo competición el domingo que viene, "le rompí" la cuerda del arco. El caso es que quiso que lo tensase para provar y la cuerda me resbaló de los dedos ( estaba duro de cojones); y parece ser que al igual que nuestras carabinas no les sienta nada bién que se dispare en vacio.
Se me cayó el alma al suelo, no ya por el coste monetario, sinó por jodérsele el arco el domingo anterior a una competición.y si mi cara era un poema teniais que ver la suya.( me lo imagino hechando sapos y culebras por la boca, aunque realmente no dijese nada) seguro que maldeció el instante en el que me dijo que provase.